miércoles, 16 de septiembre de 2009

PARTO NATURAL


Porcelaine

Dentro de tu vientre no existe gravedad alguna. Floto a placer en mi propio mundo. No tengo pasado ni futuro. Acaso apenas soy consciente del presente. Tu galaxia me nutre a través de este mágico cordón. Eres mi propia nave espacial…la más perfecta. Nave que da vida. Estoy encapsulado en tu cielo. Pero lo sé…debo llegar al mundo terrenal. Mi cuerpo ha recibido un alma. Mi arribo se vislumbra en cuenta regresiva. No tengo prisa, solo espero el momento oportuno. Una vuelta más a tu órbita celeste. Disfruto la calidez de tu útero infinito. Ignoro las prisas de las manos prestas al bisturí. Pero mi arribo ahora es inminente. Lo siento. Me acerco a las capas de tu atmósfera. Mi brújula es mi instinto, que me ayuda a encontrar la salida de este mundo. Me posiciono. Mi cuerpo se deforma ante estas fuerzas g. ¡¡Cuánta resistencia encuentro!! Mi corazón se acelera y siento que mi piel se incendia. ¡¡Cuántos sonidos de este viaje escucho!! Entre ellos tus gemir estoico. Me abro paso con la ayuda de tu fuerza. Veo la luz. Aterrizo en unas manos tiernas que me conquistan de inmediato. Lloro, no de miedo ni desolación, sino de alegría al ver mi primer mundo exterior que es tu rostro. Qué maravilla es ver tus ojos ¿por qué me ves de esta manera? Me recuerdas el cielo de donde he venido. Ahora siento la atmósfera protectora de tus brazos. Otra vez tu vientre, esta vez desde tu mundo.

Guillermo

Nota: La fotografía Porcelaine, utilizada en este escrito, fue cargada originalmente por christophandre y tiene una licencia de Creative Commons de Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 2.0 Genérica. Fue tomada de su cuenta de flickr solamente con propósitos ilustrativos para mi escrito. Guillermo.

domingo, 13 de septiembre de 2009

MURMULLOS DE UN ARROYO EN VERANO

Después de mi largo andar llego a tus aguas, arroyo cristalino. Sumerjo mi cuerpo, para saciar mi sed y atenuar el calor de mi jornada. Sin más, me olvido de todo. Sólo quiero escuchar tu murmullo. En él encuentro cantos de sirena, palabras tiernas, susurros de amor, gemidos de placer. Agua que fluye y canta al mismo tiempo. Los blancos tallos de los álamos adornan tu correr. Como yo, te contemplan satisfechos de recibir tu humedad tan generosa. Buscas el océano de maneras infinitas, aún cuando no ves el horizonte. ¡Que persistencia la tuya!! Por eso te admiro tanto…y me conmueves. Tus sinuosas corrientes rozan mi piel. Ahora estás aquí, ahora allá…pero también estás aquí. Agua mágica. Arroyo de agua fresca. Me dejo llevar por tu corriente. No importa si me arrastras. Tu turbulencia… solo apacigua la mía. Al final espero llegar a ese remanso, para admirar el reflejo de mi alma, junto al de tus ojos infinitos.


Guillermo.