sábado, 26 de diciembre de 2009

Golondrina de las Nieves


Esta es una pequeña anécdota sobre algo que me ha ocurrido en estos días. Estando de viaje por el norte de mi país, en un lugar donde con cierta frecuencia nieva en invierno, sucedió que al segundo día de mi llegada comenzó a nevar, exactamente a las once de la mañana. Primero con mucho viento, después con más calma. Como la temperatura era muy baja, el suelo pronto comenzó a cubrirse de blanco. Mientras nevaba salí de compras, preparándome para celebrar la navidad. En uno de los centros comerciales, decidí esperar un rato en el estacionamiento, dentro del auto, para disfrutar la vista de la nieve. De pronto, llamó mi atención una golondrina en pleno vuelo. Por su forma de volar no estaba escapando de la nieve, pues iba de un lado para otro, como disfrutando del magnífico evento. Quedé sorprendido, ya que normalmente las golondrinas vuelan en la primavera y el verano. Según he visto, en el otoño estas aves emigran hacia lugares menos fríos. Desconozco si esta golondrina decidió quedarse en este lugar o si acaso era otra ave con forma de golondrina. Quizás hasta mi mente me jugó una broma; todo puede suceder. De cualquier manera, mientras la observaba con sorpresa, se convirtió para mí en una pequeña musa, que me inspiró a escribir lo que a continuación comparto con ustedes.


Navecita emplumada de ojos sonrientes
¿Qué haces surcando el cielo en medio de la nieve?
¿Acaso eres el reflejo de mi alma viajera?
¿Acaso me persigues disfrazada?
¿Acaso decidiste no emigrar por si volvía?
¿Acaso eres un ángel pintándose las alas?

Te miro y me sorprende tu osadía,
de cambiarte de hemisferio en pleno invierno.
Vaya forma de sortear los copos con tus alas:
vuelo en zigzag, alas extendidas, ahora vuelta en U,
de pronto como flecha, media vuelta y otra vez zigzag.
Vuelas por mi izquierda y alcanzo a ver la pupila de tus ojos.
Vuelas por mi cabeza y alcanzo a ver tu signo de paz.

Navecita con motor de corazón,
cabecita brujuleada ¿Qué te trajo por aquí?
¿Acaso eres mi animal totémico?
¿Acaso un espíritu con alas?

Golondrina de las nieves,
ahora vuelve a tu hemisferio
o si quieres…resguárdate en mi corazón.

Guillermo.

domingo, 6 de diciembre de 2009

Agua Marina


Líquido de múltiples azules, así es el mar. Destellos luminosos al contacto con el sol, como estrellas acuáticas. Corrientes invisibles. Transparencia ilimitada. Agua marina, quietud y fuerza desmedida. Solo la gravedad de la tierra es capaz de contenerte. De ser por ti escaparías al cielo en pleno estado líquido. Subes y bajas persiguiendo la luna, como si pudieras alcanzarla. Hastiada, te conformas con su reflejo pintando tu horizonte. En tu superficie; la quilla, abriéndote una herida. Vela aferrada al bergantín, rumbo y sostén. Popa adornada de gaviotas, proa acompañada por delfines sonrientes, escribiendo emes.

Agua Marina, vida marina, ojos marinos. Mujer del mar de cabellos sueltos. Contigo me siento marinero, adicto al oleaje de tu cuerpo. Piel suave con olor a playa virgen. Mis pasos vacilan en tu vaivén eterno. Sorteo la cresta de tus olas con mi piel quemada, curtida por el viento. Me siento como quilla de velero al rozar tu vientre, abriendo paso a mi destino. Y tú me alojas generosa, por instinto, de forma natural. Me sumerges en tus aguas tibias sin ahogarme. Sudor y lágrimas. Mujer del mar, ansío tu rumbo, porque en tu mar pierdo la cordura. Busco la puesta de sol y encuentro tu corazón. Busco la luna y encuentro tu sonrisa. Busco una razón y encuentro una gaviota. Sin ti, naufrago en la inmensidad.

Guillermo.

domingo, 29 de noviembre de 2009

Observación al natural


Ver u observar, acciones distintas del ojo humano; del reino animal, en la tierra y en el agua. Ver la luz al despertar. Observar el movimiento de la tierra. Ver el movimiento de una rama. Observar el diseño natural de una mariposa, vida misma en cuerpo frágil, como ángel diminuto. Ver u observar, todo con el mismo órgano maravilloso, el ojo. Carne transparente, fibras mágicas, ventanas de la vida en todo ser. Ver en fracciones de segundo; observar, con detenimiento, sin prisa, con paciencia, por placer, por necesidad o por amor. Ver el reflejo del horizonte en el espejo de agua, observar el titilar de las estrellas. Yo, no veo el cielo; lo observo...busco en él tu presencia. Yo, no veo la luna ni las flores, las observo y encuentro en ellas tu luz de plata y la textura suave de tu piel.

Observación al natural, regalo de la vida. Te veo aparecer y mis ojos se regocijan al observarte. Ojos que contemplan tu cuerpo generoso, maduro…más que vivo…deseable. Ojos que contemplan los tuyos, que sin más me transmiten tu sentir. Te veo, te observo, te contemplo. Sí, observación al natural. Observo el delineado de tu boca adornada por tus manos. Tus oídos decorados. Mi mirada por instinto desciende hacia la doble luna de tus pechos. Tu vestido intenta contener esa dulce turgencia. Observo tu respirar y veo el latir de tu corazón. Tu risa explota y lo ilumina todo. Y espero a que vuelva a suceder para llenarme de tu luz. Observación al natural…regalo de la vida…ahora quisiera escuchar tu voz.


Guillermo.

martes, 24 de noviembre de 2009

Vuelo en una tarde de otoño


Tarde de otoño. Emprendo este vuelo tan esperado. A falta de un plumaje propio, debo aceptar alas de acero. Suave deslice por el cielo, me separas de la multitud tan agobiante. Por momentos mi mente no es más que vacío infinito. Perplejo contemplo el horizonte curvilíneo, azulado, brillante. Agradezco a la vida estos ojos que me ha dado. Veo al origen desde las alturas. Y la veo pasar suavemente, a ella…si me viera, si mirar pudiera…me vería. La imagino escarbando la tierra. Sí, el origen, la mujer, la madre, la matrona, la señora, la raíz, el principio, motivo y fundamento de mi existencia. Me distraigo. Mente en blanco. De pronto emerges majestuosa entre las nubes, adornada por una fumarola. Con tu piel sacudida de la nieve que en un tiempo te hizo pensar adormecida. Volcán extinto, según los textos del pasado. Sin embargo, te revelas como la mujer en el otoño cuyo fuego es de otra naturaleza, de anhelo de amar y sentirse amada. Suave deslice por el cielo ahora en tu compañía. Volteo por la ventana y tú me miras. Me iluminas. Te contemplo y te fijo en mi memoria para siempre. Siento ganas de escalar tu piel candente, sentir de cerca el calor de tu magma, estar en ti. Ahora desapareces en la bruma, pero ya te llevo en mí. Veo hacia abajo los colores dorados de la tierra, veo tu piel y aterrizo sobre ella… en tus brazos…amor.


Guillermo.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Simplemente mar


Mar. Simplemente mar. Agua fértil…origen de la vida misma. En ti habitan seres maravillosos como las estrellas, medusas con luz propia, peces sonrientes, criaturas de arena viva, arrecifes de coral. Quizás hasta dioses y sirenas. Desde el espacio pintas al planeta de azul, reflejo de mi paz deseada. Las nubes te adornan a capricho en forma de cirrus, cumulus, o espirales de huracán. Poli espejos titilantes, estelas blancas, agua plateada, dorada, cobriza, según el pincel del sol. En tus profundidades…vida misteriosa, fantástica…un mundo aparte. Y tus playas, qué decir. Lugar de encuentro de los amantes a brazo abierto. En la vida y en los sueños. Corren y se estrechan. Funden sus corazones al canto eterno de las olas. Pechos agitados. Susurros de amor. Espuma acariciante confundida con tus manos. Diminutas burbujas besan nuestros pies. Briza marina, tu humedad disimula las nuestras, pero sólo las aumenta cuando me encuentro en tu regazo. Caracolas diminutas asidas a las rocas ¿por qué insisten en soportar las fuerzas de este mar?. Quizás expliquen mis ansias de aferrarme a ti. Déjame ver la puesta de sol entre la bruma, déjame ver el amanecer, déjame ver la lluvia de estrellas…sí, déjame ver tus ojos, amor.

Guillermo.

domingo, 25 de octubre de 2009

Oxígeno

Oxígeno, elemento vital, transparente, aire que respiro. Líquido que fluye en los ríos y en mi cuerpo; como agua clara, como sangre. Naces de la magia de la fotosíntesis. De los mares, de las selvas, de los bosques boreales. En lo más alto, proteges a todo ser vivo, con la capa de la tierra, capa de ozono. Sin duda eres la vida misma, con un valor mayor que cualquier piedra preciosa. Objeto de búsqueda interplanetaria, capaz de provocar el gasto de sumas exorbitantes, por una sola molécula tuya, en la luna, en Marte, en el espacio infinito. Y pensar que estás aquí, presente, solamente para dar vida en la tierra. Aire que respiran los enamorados, te escapas en suspiros, bocanadas agitadas. Ay! cuánta falta me haces…Ay! abrázame fuerte…Ay! llego al final en esta cima, y te siento en todo mi cuerpo, en mis venas, mis pulmones, en los poros de mi piel. Sí, eres el aire que respiro, invaluable. Nunca me abandonas, porque aún en mi inconsciencia estás presente. Y al final de mi camino, tratarás de revivirme, pero mi cuerpo es mortal, y todo quedará en un gran suspiro, por ti…en el cielo.


Guillermo.

Instintos y Conductas

Reino animal, instintos y conductas que mantienen las ansias de vivir. Lucha por la vida diaria… por ver un nuevo amanecer. Fuerza, destreza, inteligencia…estrategias de sobrevivencia. Alas, aletas, garras. Fauces de fuerza desmedida. Cornamentas, venenos poderosos, ataque sorpresivo, miradas furtivas. Todo vale por ver el sol.



Instinto de sobrevivencia, gracia suprema, sabiduría o divinidad. Tan sutil como una sonrisa a tiempo, una mirada tierna o el entrelazo de dos manos. De tus manos y las mías. De aquellas palabras justas.


Conducta social, solitaria o grupal, ayuda mutua entre los seres. Altruismo: hacer el bien sin recibir a cambio nada. Un momento! ¿Dónde queda en ésto el amor…o la amistad? ¿La alegría del encuentro de lo seres que se atraen? ¿La necesidad de verse a los ojos o transmitir los sentimientos con palabras? ¿Y mi locura? ¿Acaso son el instinto animal de perpetuarnos en este mundo? ¿De sentirnos vivos, confortados…queridos?


Ser humano, vulnerable, siempre en busca de la felicidad. Hombre y mujer. Jungla de asfalto. Instintos ocultos, o suprimidos por las normas sociales. Cada quien tiene su respuesta, su verdad y su derecho a sentirse vivo. Sin dañar. Tu autoconciencia te distingue del resto de los seres, te das cuenta de que te das cuenta y por eso sufres o eres feliz. ¿Tú, qué prefieres?


Guillermo.

domingo, 11 de octubre de 2009

MUJER AL NATURAL

Algunos piensan que la tierra es infinita

Y lo es ¿o no? …depende de tu perspectiva.

Ser humano, 120 en el mejor de los casos,

70 masculino, femenino...mute…eterno;

sin embargo, finito sin remedio.

Tortuga de Galápagos ¿400?

Taxodium mucronatum ¿2000?

Madre, millones de años.

Mujer…eterna ¿Te asusta? Te entiendo.

Piel suave, juventud perenne, amor a tu manera.

No dudes, tú eres la vida misma.

Óvulos, vientre, placenta, progesterona, inteligencia, fuerza, persistencia.

Dulce amor. Concepción milagrosa. Ojos cerrados en el momento justo. Amén.

Tu cuerpo queda para siempre bendecido. Ser divino, inigualable.

Sorteas las piedras como puedes, pero lo haces.

Eres tú, naturaleza. La fuerza de tu instinto.

Jamás te extinguirás.

Tu complemento… lo es…lo ha sido…lo será…o no lo necesitas.

Te admiro, ahora, te admiré…te respeto, te amaré, para siempre.


Guillermo.

sábado, 3 de octubre de 2009

Luna en octubre

Comienza el otoño. Me lo anuncian las hojas de los álamos. Pero más lo anuncias tú, luna de octubre. En estos días te adueñas del cielo en mi hemisferio. Aún con tu luz reflejada opacas a la estrella más brillante...y me alcanzas. Cuando nueva, imagino que me poso en una de tus curvas. Cuando llena, adoro tu redondez y tu osadía de entrar por mi ventana. Fondo magnífico para las aves nocturnas en vuelo. Me bañas con tu luz de plata. Me quedo en silencio hasta que desapareces. Y con paciencia espero la siguiente noche, para verte una vez más.

Guillermo.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

PARTO NATURAL


Porcelaine

Dentro de tu vientre no existe gravedad alguna. Floto a placer en mi propio mundo. No tengo pasado ni futuro. Acaso apenas soy consciente del presente. Tu galaxia me nutre a través de este mágico cordón. Eres mi propia nave espacial…la más perfecta. Nave que da vida. Estoy encapsulado en tu cielo. Pero lo sé…debo llegar al mundo terrenal. Mi cuerpo ha recibido un alma. Mi arribo se vislumbra en cuenta regresiva. No tengo prisa, solo espero el momento oportuno. Una vuelta más a tu órbita celeste. Disfruto la calidez de tu útero infinito. Ignoro las prisas de las manos prestas al bisturí. Pero mi arribo ahora es inminente. Lo siento. Me acerco a las capas de tu atmósfera. Mi brújula es mi instinto, que me ayuda a encontrar la salida de este mundo. Me posiciono. Mi cuerpo se deforma ante estas fuerzas g. ¡¡Cuánta resistencia encuentro!! Mi corazón se acelera y siento que mi piel se incendia. ¡¡Cuántos sonidos de este viaje escucho!! Entre ellos tus gemir estoico. Me abro paso con la ayuda de tu fuerza. Veo la luz. Aterrizo en unas manos tiernas que me conquistan de inmediato. Lloro, no de miedo ni desolación, sino de alegría al ver mi primer mundo exterior que es tu rostro. Qué maravilla es ver tus ojos ¿por qué me ves de esta manera? Me recuerdas el cielo de donde he venido. Ahora siento la atmósfera protectora de tus brazos. Otra vez tu vientre, esta vez desde tu mundo.

Guillermo

Nota: La fotografía Porcelaine, utilizada en este escrito, fue cargada originalmente por christophandre y tiene una licencia de Creative Commons de Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 2.0 Genérica. Fue tomada de su cuenta de flickr solamente con propósitos ilustrativos para mi escrito. Guillermo.

domingo, 13 de septiembre de 2009

MURMULLOS DE UN ARROYO EN VERANO

Después de mi largo andar llego a tus aguas, arroyo cristalino. Sumerjo mi cuerpo, para saciar mi sed y atenuar el calor de mi jornada. Sin más, me olvido de todo. Sólo quiero escuchar tu murmullo. En él encuentro cantos de sirena, palabras tiernas, susurros de amor, gemidos de placer. Agua que fluye y canta al mismo tiempo. Los blancos tallos de los álamos adornan tu correr. Como yo, te contemplan satisfechos de recibir tu humedad tan generosa. Buscas el océano de maneras infinitas, aún cuando no ves el horizonte. ¡Que persistencia la tuya!! Por eso te admiro tanto…y me conmueves. Tus sinuosas corrientes rozan mi piel. Ahora estás aquí, ahora allá…pero también estás aquí. Agua mágica. Arroyo de agua fresca. Me dejo llevar por tu corriente. No importa si me arrastras. Tu turbulencia… solo apacigua la mía. Al final espero llegar a ese remanso, para admirar el reflejo de mi alma, junto al de tus ojos infinitos.


Guillermo.

viernes, 28 de agosto de 2009

METAMORFOSIS

En la naturaleza existen cambios de forma, tan abruptos en ciertos seres, que me hacen pensar en la resurrección y la reencarnación. Seres que entran en letargo absoluto, por semanas, meses o años, para despertar totalmente transformados, en otro cuerpo, con otra imagen. Larvas…crisálidas...mariposas…pupas…escarabajos…anfíbios.


Metamorfosis. Seres que se transforman de manera extraordinaria, de un ser ápodo que se arrastra en el suelo, a un mágico ser alado, de colores brillantes, que aletea frágilmente, de flor en flor. Seres acuáticos, cuyas branquias y aletas se transforman gradualmente, para abandonar el agua, conquistar la tierra y pregonar con cantos dicha conquista.


¿No es acaso esto fantástico? Para mí, lo es.


Pero tú, mujer, posees una magia que supera cualquier metamorfosis. Tú te transformas a placer, en ángel, en lava candente, en imán, en sinfonía, en ave tierna, en nido de gorrión, en bambú, en gota de rocío, en fiera silvestre si es necesario. Y por si fuera poco, te transformas por partes… cuando lo deseas. Tus ojos se convierten en manantiales cristalinos, en espejos de mi alma; tus labios en fuentes susurrantes de amor; tus brazos, en listones de seda; tu cuello, en ríos de flores silvestres; tu vientre, en mi pradera; tus manos en pétalos de rosa o en olas; tu recinto, en mi bosque donde encuentro la serenidad, después del desenfreno.


Me asombro de reconocerte en cada una de tus formas. Y me regocijo. No diré lo común.


Siempre cambia.

Guillermo

sábado, 15 de agosto de 2009

Islas del cielo...en la tierra

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En la parte suroeste del los Estados Unidos de América y noroeste de México, se encuentra un conjunto de montañas dispersas, aisladas entre sí por extensos valles, pastizales y desiertos, que emulan islas de un archipiélago, surgiendo majestuosas de las planicies, como queriendo alcanzar el cielo. Precisamente estas montañas son conocidas como Islas del Cielo (Sky Islands), nombradas así por Weldon Heald en 1967. Arizona, Nuevo México, Sonora y Chihuahua son estados afortunados en poseer estos ecosistemas. Estas montañas son especialmente ricas en flora y fauna, conteniendo cada una inclusive especies únicas, endémicas en la jerga científica. Desafortunadamente, la información existente sobre las islas del cielo es poco conocida; en primer lugar, en mi opinión, porque el conocimiento está dirigido hacia un público altamente educado, amantes de la naturaleza, estudiantes de las ciencias biológicas, observadores de aves, científicos, recreacionistas. Nada que ver con personas adictas al bullicio, a las prisas, a los centros comerciales, etc. En segundo lugar, porque el idioma parece imponer una barrera, pues a pesar de la era de la información en la internet, poco obtienes si usas como palabras clave “islas del cielo” en comparación con la palabra “sky island”.

A estas montañas y a un ser místico que puede habitar en ellas, o en el mismo cielo, dedico estas breves palabras.


Con formas caprichosas, emerges de un mar de desiertos, como queriendo llegar a cielo. Y desde tu cima, iluminada por el sol, contemplas un mar diferente, con olas de pastizales, horizonte cristalino y cielo estrellado al anochecer. Eres muy generosa ¿sabes? pues alojas a un sin número de seres, desde una mimosa de foliolos tímidos adornando tus faldas, encinos que rodean tu cintura, hasta un magnífico abeto azul, con corteza de corcho…coronando tu cien…suave como tu piel misma. Coyotes, osos, pumas, colibríes, pájaros carpinteros, mariposas…crótalos confiados. ¿Huachuca, te suena esto familiar? ¿Recuerdas acaso si he recorrido tu superficie y admirado tu belleza? Sí, lo eres tú, pero también lo son las Chiricahua, las Pinaleño, Santa Catalina y una montaña de nombre celestial por naturaleza, porque verdaderamente llega al cielo. Entre nosotros, puedo decirte a ti, isla del cielo, que el paisaje que te rodea, y tu belleza, sólo es comparable con el tranquilo valle del vientre del ser que amo, cortado abruptamente por el relieve de sus pechos, donde encuentro la paz. Me gusta recorrerte, a mi manera, desde tus pies hasta tu cima…y viceversa. Me gusta estar en lo más alto de ti..porque cuando volteo hacia arriba veo reflejada la sonrisa de tu rostro, dibujado en esa luna, que gira a prisa para volverme a ver.

Guillermo.

viernes, 7 de agosto de 2009

Fuego Silvestre

Todo inicia de manera repentina. Algunas personas lo esperaban, con ansias, aunque sin precisión sobre el momento. Otras quedan sorprendidas ante esta llama insospechada. Humo en el horizonte, nube marrón empeñada en eclipsar el sol, señal inequívoca de un fuego creciente. ¿Cómo te inicias? Tal vez no lo sabré. Quizás simplemente fue un descuido, una brasa en el camino, la energía del sol concentrada en un cristal o una descarga electrizante surgida de los cumulonimbos en el cielo. Pero ahora estás presente y no puedo más que hacerte frente.


Fuego silvestre…y pensar que eres capaz de darme vida o muerte. ¿Acaso también surges del rescoldo del pasado? Tampoco lo sabré. Llamas que abrasan. En tiempos te disfruto por mi instinto natural; en otros, no te temo, te respeto por lo que eres. Noches iluminadas. Rosarios de lumbre abiertos a lo lejos. Pavesas flotantes. Remolinos propios. Fauna desesperada en busca de refugio. Rastrillos, palas, moto sierras. Copas ardientes de árboles ancestros. Conos serótinos esperando ser quemados para liberar esa semilla resguardada. Aves de acero vaciando estelas de espuma retardante. Brechas construidas con desesperación cuando sientes que te quemas. Hombres arriesgados lanzándose al vacío. Mujeres decididas, estoicas, apagando este fuego tantas veces deseado.


Tú y yo en medio de remolinos ardientes. Sentidos alertas a lo máximo. Fuego te siento en la piel, en mis ojos, en todo mi cuerpo. Los días pasan y no te apagas. Dormir no puedo en este momento. Te huelo, te respiro, escucho tu rugir salvaje. Ríos de sudor en tus sienes. Cuerpos combatientes llenos de energía, incansables, al ritmo que la situación demanda. Corazones palpitantes. Emociones múltiples. Lágrimas incontenibles. Pañuelos cubriéndonos el rostro. Ojos desorbitados. Garganta ardiente. Agua… ayúdame a apagar mi sed. Quiero que llegue tu lluvia abundante a apagar este fuego que me quema. Pero no te extingas…por ti vivo… ahora quiero la tibieza reconfortante de tus brazos.


Guillermo.


Nota: La fotografía utilizada en este escrito (Fuego silvestre) fue tomada de la galería de Slworking2 en Flickr y tiene una licencia de Creative Commons de Reconocimiento-No comercial 2.0 Genérica.

martes, 4 de agosto de 2009

Las estaciones del año y de la vida

En algunas partes del mundo, no muy cerca ni muy lejos de los polos, las estaciones del año son tan marcadas como las estaciones de la vida misma. Qué privilegio para quien habita estos lugares y para quien aprende a disfrutar sus propias estaciones, pues cada una tiene su encanto. En la primavera, se incrementa la actividad animal en general. Se hace evidente el reclamo y el canto de las aves. Los seres adormecidos despiertan con la tibieza de los rayos del sol. El instinto de procrear se extiende inclusive al ser humano, en el inconsciente, disfrazado de una atracción inexplicable, amistad profunda, amor, lujuria…demencia temporal. Las plantas pioneras hechizan con sus brillantes colores -amarillo, violeta, azul rosa, etc.- e invaden con sus aromas, provocando múltiples estímulos. Retoños y rebrotes vigorosos. Muchos insectos, emergen de sus capullos, transformados por la magia de la metamorfosis que los trasforma de gusanos repelentes en atractivas mariposas carismáticas, libélulas de alas transparentes, avispas de colores aposemáticos. La primavera es ansiada con vehemencia por muchas personas, llegando a idealizarla, buscando hacerla eterna; sin embargo, la eternidad de una estación sufre el riesgo de la monotonía, lo mismo que el invierno de los polos. En lo particular, prefiero los cambios, que renuevan y mantienen el dinamismo de la vida a pesar de la muerte.

El verano, te invita a vivir esa experiencia proporcionada por los elementos de la naturaleza. La lluvia, las tormentas, los vientos huracanados, el tiempo inestable, impredecible, turbulencias. Espacios, situaciones y momentos que implican retos, esfuerzo, compromiso. La vida en su máximo esplendor. Interacciones múltiples, mutualismo, depredación, parasitismo. Críos y renuevos luchando por sobrevivir, buscando su propio espacio. Nodrizas protectoras. Ancestros negándose a morir. Juveniles viviendo al límite. Ríos de fuertes corrientes...brisa del mar que te apacigua al atardecer…olas que acarician tu piel, bruma en el horizonte que, a su pesar, te permite disfrutar el sol. Savia abundante, fruta madura…epidermis tersa, cierta dulzura, con algunas huellas del tiempo. Verano, una estación…que decir…para vivir.

El otoño, con sus colores de añoranza: rojo, anaranjado, amarillo, violeta. Suave ruido de las hojas, que se desprenden de los árboles caducifolios y adornan el suelo. Viento frío que comienza a sentirse en las mejillas, acentúa las huellas del tiempo, pero invita a contemplar el azul profundo del cielo y la transparencia de tus ojos. Paisajes multicolores, que invitan a la serenidad y a revivir las sensaciones de otros tiempos, ahora sin prejuicios. Fauna en busca de resguardo para la próxima estación. Noches largas, oscuras, frías al exterior, pero tibias en tu refugio, sea éste un nido de hojarasca, una cueva bajo las rocas, o los brazos del ser amado. Cielo estrellado, o iluminado por una luna blanca, nítida…polvo de plata que adorna tus sienes. Sorpresivas erupciones volcánicas ajenas a los cambios de estación…movimientos telúricos que se extienden a cuerpos sinuosos….lava candente, abundante, letal en ciertos casos, maravillosa en otros, creadora de formas y sensaciones caprichosas…vida inesperada.

El invierno, detestado por muchas personas, tiene su encanto especial. El manto blanco sobre las copas de los árboles, imitado por las cabezas de las personas que se acercan a la sabiduría. El suave crujido de la nieve bajo tus pies…las huellas blancas que indican tu camino andado, la satisfacción de haber llegado. La belleza inigualable de tu sonrisa, el hálito emanado de tu boca, el color rojo de tu nariz, tus ojos húmedos y parpadeantes. Tu cuerpo estoico. El frío, ciertamente puede ser inclemente…letal en ciertos casos; pero en su parte positiva, no hay nada como observar la suave caída de la nieve, mientras reposas en tu lugar preferido. El humo de las chimeneas, el aroma a leña quemada, resina de árboles, el pan de trigo. La fauna despliega los dones perfeccionados por la naturaleza. El letargo invernal de los osos, el pelo extra del bisonte, los insectos enterrados en el suelo, en el raquis de los conos o bajo la corteza de los árboles. El pájaro carpintero y las ardillas visitando con frecuencia sus bancos de bellotas. El invierno te invita a compartir el calor con tus semejantes. El invierno no es el final, porque se acerca otra vez la primavera. La vida es un gran ciclo con muchos ciclos intermedios. Aprende a vivir cada una de las estaciones… del año…y de la vida.

Guillermo.

viernes, 24 de julio de 2009

Perspectiva

 
Puedes verme volar en las alturas, sobre bosques,llanuras y montañas. Vuelo por muchas razones, no solamente en busca de alimento; vuelo para vigilar, para cortejar y también por el placer de sentir el viento en mis alas y observarte desde las alturas...ver también como me observas con sorpresa, con asombro, con ganas de poder volar conmigo. Mi nombre, yo no me lo puse, tampoco mis ancestros. Son ocurrencias del ser humano. La gente común me llama Águila Real, y los científicos me llaman Aquila chrysaetos, para clasificarme, estudiarme y protegerme...creo que de la ignorancia misma del ser humano, aunque no todos son iguales. ¿Que si me gusta mi nombre? ¡Claro! soy un ser altivo, ¡mira mi porte!, pero más bien soy un ser seguro de mi mismo, pertenezco al primer eslabón de la cadena alimenticia...soy rapaz. Y mi canto o reclamo, es totalmente salvaje, grato para algunos, temible para otros. Pero ¿sabes? tu puedes llamarme como prefieras, Águila simplemente, rapaz, o ángel, porque ellos también tienen alas y vigilan desde el cielo. Te invito a emprender el vuelo conmigo ¡¡¿Que no puedes???!! Claro que sí, ven conmigo ya estamos en el risco, no temas. Tu mente es tan poderosa que puedes volar cuando lo decidas. Ahora vamos...sí...exacto...así..mantén el equilibrio con mi guía..tus brazos ahora son alas, y tus vellos finas plumas. ¿Ves? estás volando... planeando... Piijjjjjjooo¡¡¡.... Piijjjooo!!!............Piijjjjooo¡¡¡... Ahora siente lo que es mirar hacia abajo sin ser humillado, porque en verdad, desde nuestra perspectiva, ver hacia abajo es un privilegio. Desde aquí puedo enfocar hasta los más finos detalles, como las espinas de aquella Acacia o la textura de aquella roca gris. Abre tus sentidos, siente el roce del viento en tus alas y en todo tu cuerpo, observa por todas partes, aprende a usar tus ojos, el paisaje está lleno de cosas extraordinarias. Mira los espejos de agua, los pastizales, las copas de los árboles, los caminos...aquellos roedores que huyen porque nos temen...y también mira las nubes y el cielo azul...maravilloso. Aquellas aves negras son unos cuervos... también saben volar, pero son de otro tipo, no hacen daño, solo son traviesos. Sí, es cierto, aquello que se ve a lo lejos son grandes chimeneas humeantes, ruidosas, pestilentes, parecen inevitables...allí no nos acerquemos...disfrutemos lo que queda de la naturaleza, ven... por aquí...¡¡ya veo¡¡ !una de mis comidas preferidas¡. Observa mi silencioso vuelo en picada y su efecto letal. ¡¡¡Ya!!, ¡¡la tengo!! es una Crotalus lepidus...vuela hacia mí, te invito ahora a comer. Espero que hayas disfrutado el vuelo...y que no sea la última vez. Te habrás dado cuenta que soy un ser observador y ¿sabes? tú eres un ser hermoso, date cuenta.

Guillermo.
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lunes, 20 de julio de 2009

Belleza

 

Me es difícil describir con palabras lo que me viene a la mente, al recorrer parajes como el de esta fotografía. ¡¡Maravilloso!! ¡¡bello!! ¡¡wow!! ¡¡mmmm!!. Son expresiones espontáneas, de sorpresa y admiración. En esos momentos pienso, lo maravilloso que es ojo humano y todos nuestros sentidos que incitan a la reconciliación con la naturaleza, tan distante del ser urbano.
Guillermo.
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sábado, 18 de julio de 2009

Vida efímera

Sin duda, la vida es efímera. Cualquier ser quisiera vivir más tiempo, dejar raíces... trascender. Por eso debe aprovecharse al máximo cada instante y no desperdiciar el tiempo u otros recursos. Las plantas aprovechan cada rayo de luz que se filtra en medio de las sombras, cada gota de rocío, cada copo de nieve y cada centímetro de suelo que puedan ocupar. También aceptan la protección de las rocas, de los tallos de plantas mayores y del dosel, porque son vulnerables a sufrir o morir antes de tiempo. Sin embargo, cuando es el tiempo apropiado las plantas florecen, desplegando sus colores admirables, sus formas y aromas, que nadie puede resistir. La floración, una etapa de máxima belleza, que sin embargo no puede perdurar, porque recuerden...la vida es efímera. Por eso, aprovecha de buena manera cada instante de tu tiempo. Libera tus colores y tu esencia...a tu manera. Déjate admirar y admira. ¿Te ha llegado un rayo de luz o eres tú quien proporciona luz y protección? Yo creo que las dos cosas ¿Te gusta más la primavera que el otoño?. A mi me gusta la primavera,el verano, otoño e invierno. ¿Das gracias a la vida por la existencia de un ser extraordinario? Yo también.

Cada estación tiene su encanto. Las flores se convierten en fuente de inspiración para el ser humano. A ti,que lees esto, ¿qué te inspira? ¿amor?¿admiración? ¿alegría? ¿necesidad de protección?¿nada? A mi todo, menos nada.
Guillermo.

domingo, 12 de julio de 2009

La esencia de la vida

El mundo ofrece infinitas cosas para disfrutar, algunas son tangibles; otras, solamente si aguzas los sentidos que la naturaleza te ha dotado. Ciertamente, la vista y el tacto, parecen ser los sentidos más practicados por el ser humano, que te sirven para ver, observar, contemplar, tocar, sostener acariciar. ¿Quién no disfruta contemplar el paisaje cotidiano o inesperado, el cielo estrellado o los ojos de ese ser amado? ¿Quién puede perderse la experiencia de sentir la textura de la corteza de un árbol, del pétalo de una flor o de la piel tibia que estrechas en tus brazos?

Pero la vista y el tacto no lo es todo. A veces nos olvidamos de los otros sentidos y capacidades nuestras, como el oído, el olfato, el gusto, la memoria y la imaginación, que en verdad capturan la esencia de las cosas y los seres vivos. Si por alguna circunstancia no puedes ver las flores o el bosque que está frente a ti, sí puedes sentir su aroma, el canto de las aves y el silvar del viento. En ese momento estás captando la esencia de las cosas y el espíritu de aquellos seres que habitan la naturaleza. La flor puede morir pero su esencia permanese en tu memoria y tus sentidos.

Lo mismo ocurre entre los seres que se aman. Hombre y mujer, me refiero. El amor, sí, el amor...puede presentarse, expresarse y sentirse en diferentes formas. Son tus sentidos, la imaginación y la memoria lo que hacen que la experiencia sea grata o ingrata. ¿Lo buscas y no lo encuentras? Deja que llegue a ti ¿lo has encontrado pero no está contigo en este momento? Abre tus sentidos y tu imaginación, capta la esencia y el espíritu de esa persona, como el aroma de una flor o el canto de las aves que no puedes ver. ¿piensas que se puede ir? No temas, si se va, no era amor, no lo retengas. El verdadero amor se percibe y dura hasta el infinito.

Guillermo.

viernes, 24 de abril de 2009

Naturaleza Urbana

No sé qué pasa al ser urbano, que se esfuerza en opacar la belleza natural que existe en la tierra y el universo. Por ejemplo, suprime la luz de las estrellas con las lámparas de alógeno y los anuncios espectaculares luminosos.  El suelo natural es sustituido por planchas de concreto. Los caminos son transformados en avenidas y puentes gigantescos que dan mayor preferencia a los automóviles sobre los simples peatones, como si uno no fuera ambas cosas en su momento. Trata de ordenar en líneas lo que por naturaleza es de distribución caprichosa, como los árboles y ríos. A quién le importa si las aves y otros animales desplazados se quedan sin refugio. El canto de las aves al amanecer y atardecer es sustituido por el ruido de los autos y otras máquinas terribles para esos seres inocentes. El pájaro carpintero trata de perforar los postes de metal. Los halcones no hayan más que construir sus nidos en postes eléctricos. Las serpientes y lagartijas, pobrecitas, su apariencia sin querer les otorga el injusto trato de alimañas. El ser urbano destruye las áreas verdes naturales y luego crea parques simples, rectilíneos, cementados, bulliciosos, con fuentecitas y lagos fétidos por falta de vida. Los que gobiernan, confunden crecimiento con desarrollo. El mundo occidental obsesionado con el dinero, que da momentos de felicidad fugaces, con necesidades insaciables. Más puentes, más edificios gigantescos, más casas habitación, aunque parezcan pequeñas jaulas no aptas para humanos. Más parques diminutos y encerrados, más concreto, más pavimento, más automóviles, más vías “rápidas”, como si también fuera urgente llegar a la muerte. Más canales de aguas mal olientes, más pozos profundos, menos ríos y aire transparente, más ruido, menos manantiales, menos árboles, menos espacio, más números, más obras, más cantidad, no importa la calidad, más cifras…más cifras.. que impacten..sí.. sí, que impacten para que se vea el “progreso”, más flujo de capital, más inversión, más internacionales, más deuda,  más empleo con pagos de miseria, que asustan e invitan a la fuga sin retorno y a la informalidad. Lamentablemente no hablo de una ciudad o un país en particular, pues ocurre en muchas partes del mundo, lo he visto. La naturaleza urbana tiende a ser una naturaleza muerta. Paradójicamente, una naturaleza inhumana habitada por humanos. Con gatos, perros y personas frecuentemente atropelladas, que a lo más causan morbo si no es que ningún sentimiento.  Con aves que buscan agua en cualquier charco inmundo y en el mejor de los casos en una fuente que por más bella que sea no se compara con la trasparencia de un manantial puro. Me niego y renuncio a ser ese ser urbano común y desalmado. Mientras pueda regresaré al lugar opuesto, aunque lo prístino ya casi no exista.

sábado, 4 de abril de 2009

Percepciones

¿Qué puede percibirse ante el encuentro con los pétalos de esta delicada flor? 
El agricultor y el tala montes: una maleza.
El ecologista: hmmm...depende... de su educación...y sus prejuicios.
El científico: sus características taxonómicas, su origen, distribución, etc...
El colibrí: su alimento.
Los niños: la belleza.
Las personas en plenitud: la paz.
Los enamorados: una muestra del amor.

Guillermo

jueves, 2 de abril de 2009

Redefinición después de una noche de amor

Naturaleza no solo significa tierra, árboles, agua, o mar...
Naturaleza también es el hombre y la mujer, sus sentimientos y emociones, como el amor, la pasión, los celos, el cariño, la ternura...
Naturaleza también es el cortejo espontaneo que se da entre los seres vivos "de manera natural", ...Ese cortejo que proporciona una gratificación inmediata a los involucrados, pero que en el fondo es un llamado a compartir nuestras vidas... para generar mas vida, y de esta forma extender un poco más nuestra existencia.

Guillermo

miércoles, 1 de abril de 2009

Tarde de abril en sepia

"Gracias a la vida, que me ha dado tanto...me dio dos luceros, que cuando los abro, perfecto distingo, lo negro del blanco, y en el alto cielo, su fondo..." Fragmento de "Gracias a la Vida" de Violeta Parra.

domingo, 29 de marzo de 2009

Fresno en otoño

¿Qué magia tienes para vestirte apropiadamente en cada estación? Yo lo sé, pero en la vida cotidiana prefiero ignorarlo y apreciar sin conjeturas el color que nos brindas en otoño.

sábado, 28 de marzo de 2009

VIDA SILVESTRE


Vida silvestre, libre, pero siempre vulnerable a los caprichos del ser humano.