El mundo ofrece infinitas cosas para disfrutar, algunas son tangibles; otras, solamente si aguzas los sentidos que la naturaleza te ha dotado. Ciertamente, la vista y el tacto, parecen ser los sentidos más practicados por el ser humano, que te sirven para ver, observar, contemplar, tocar, sostener acariciar. ¿Quién no disfruta contemplar el paisaje cotidiano o inesperado, el cielo estrellado o los ojos de ese ser amado? ¿Quién puede perderse la experiencia de sentir la textura de la corteza de un árbol, del pétalo de una flor o de la piel tibia que estrechas en tus brazos?
Pero la vista y el tacto no lo es todo. A veces nos olvidamos de los otros sentidos y capacidades nuestras, como el oído, el olfato, el gusto, la memoria y la imaginación, que en verdad capturan la esencia de las cosas y los seres vivos. Si por alguna circunstancia no puedes ver las flores o el bosque que está frente a ti, sí puedes sentir su aroma, el canto de las aves y el silvar del viento. En ese momento estás captando la esencia de las cosas y el espíritu de aquellos seres que habitan la naturaleza. La flor puede morir pero su esencia permanese en tu memoria y tus sentidos.
Lo mismo ocurre entre los seres que se aman. Hombre y mujer, me refiero. El amor, sí, el amor...puede presentarse, expresarse y sentirse en diferentes formas. Son tus sentidos, la imaginación y la memoria lo que hacen que la experiencia sea grata o ingrata. ¿Lo buscas y no lo encuentras? Deja que llegue a ti ¿lo has encontrado pero no está contigo en este momento? Abre tus sentidos y tu imaginación, capta la esencia y el espíritu de esa persona, como el aroma de una flor o el canto de las aves que no puedes ver. ¿piensas que se puede ir? No temas, si se va, no era amor, no lo retengas. El verdadero amor se percibe y dura hasta el infinito.
Guillermo.
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