sábado, 6 de febrero de 2010

Sonidos de la naturaleza



Una vez más frente a la ventana,
ahora en el amanecer.
Las aves rezan en su idioma.
Revolotean, juguetean y vuelan en busca del sustento.

Nube ágil de alas y piquitos silbantes. Rosarios del cielo.
Me quedo absorto ante los cantos,
y reflexiono sobre los magníficos sonidos de la naturaleza.

Me traslado hasta los senderos en el bosque,
la ribera del río y las olas del mar.
Me siento como lobo cantándole a la luna.

Caída de agua en un riachuelo,
canto de la lluvia, silbidos del viento,
olas en vaivén; cuánta paz.

Estruendo de un volcán en erupción,
rayo candente, rugido de la fiera,
ráfaga estridente; cuánto temor.

Canto de la golondrina alicerrada,
del tordo cabecicafé, del cenzontle, la tenca,
el horneo, el petirrojo; cuánta dulzura.

Pero querida…nada comparado con el dulce tono de tu voz,
y los sonidos de tu propia naturaleza.

Tus palabras, murmullos de arroyo; cuánta ternura.
Tus besos, estruenditos del cielo; cuánta pasión.
Tu respiración, el eco de tu alma; cuánto amor.
El latido de tu corazón; mi vida.

Ahora despierto.

Guillermo.

2 comentarios:

  1. Guillermo,entré a tu blog y ohhh la gran sorpresa de encontrar,tan hermosos escritos,en realidad demuestran la belleza de tu alma y espíritu... no dejes de escribir ,tienes muy bellos sentimientos.Un gran abrazo y beso .Saludos.
    Ilia

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  2. Gracias Ilia. Perdón, no me había percatado de tu comentario. Igualmente,recibe saludos míos. Guillermo.

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