En este blog, comparto con ustedes escritos originales provenientes de mi experiencia o de mi inspiración, relacionados con la naturaleza del ser humano y de la tierra.
sábado, 26 de diciembre de 2009
Golondrina de las Nieves
Esta es una pequeña anécdota sobre algo que me ha ocurrido en estos días. Estando de viaje por el norte de mi país, en un lugar donde con cierta frecuencia nieva en invierno, sucedió que al segundo día de mi llegada comenzó a nevar, exactamente a las once de la mañana. Primero con mucho viento, después con más calma. Como la temperatura era muy baja, el suelo pronto comenzó a cubrirse de blanco. Mientras nevaba salí de compras, preparándome para celebrar la navidad. En uno de los centros comerciales, decidí esperar un rato en el estacionamiento, dentro del auto, para disfrutar la vista de la nieve. De pronto, llamó mi atención una golondrina en pleno vuelo. Por su forma de volar no estaba escapando de la nieve, pues iba de un lado para otro, como disfrutando del magnífico evento. Quedé sorprendido, ya que normalmente las golondrinas vuelan en la primavera y el verano. Según he visto, en el otoño estas aves emigran hacia lugares menos fríos. Desconozco si esta golondrina decidió quedarse en este lugar o si acaso era otra ave con forma de golondrina. Quizás hasta mi mente me jugó una broma; todo puede suceder. De cualquier manera, mientras la observaba con sorpresa, se convirtió para mí en una pequeña musa, que me inspiró a escribir lo que a continuación comparto con ustedes.
Navecita emplumada de ojos sonrientes
¿Qué haces surcando el cielo en medio de la nieve?
¿Acaso eres el reflejo de mi alma viajera?
¿Acaso me persigues disfrazada?
¿Acaso decidiste no emigrar por si volvía?
¿Acaso eres un ángel pintándose las alas?
Te miro y me sorprende tu osadía,
de cambiarte de hemisferio en pleno invierno.
Vaya forma de sortear los copos con tus alas:
vuelo en zigzag, alas extendidas, ahora vuelta en U,
de pronto como flecha, media vuelta y otra vez zigzag.
Vuelas por mi izquierda y alcanzo a ver la pupila de tus ojos.
Vuelas por mi cabeza y alcanzo a ver tu signo de paz.
Navecita con motor de corazón,
cabecita brujuleada ¿Qué te trajo por aquí?
¿Acaso eres mi animal totémico?
¿Acaso un espíritu con alas?
Golondrina de las nieves,
ahora vuelve a tu hemisferio
o si quieres…resguárdate en mi corazón.
Guillermo.
domingo, 6 de diciembre de 2009
Agua Marina
Líquido de múltiples azules, así es el mar. Destellos luminosos al contacto con el sol, como estrellas acuáticas. Corrientes invisibles. Transparencia ilimitada. Agua marina, quietud y fuerza desmedida. Solo la gravedad de la tierra es capaz de contenerte. De ser por ti escaparías al cielo en pleno estado líquido. Subes y bajas persiguiendo la luna, como si pudieras alcanzarla. Hastiada, te conformas con su reflejo pintando tu horizonte. En tu superficie; la quilla, abriéndote una herida. Vela aferrada al bergantín, rumbo y sostén. Popa adornada de gaviotas, proa acompañada por delfines sonrientes, escribiendo emes.
Agua Marina, vida marina, ojos marinos. Mujer del mar de cabellos sueltos. Contigo me siento marinero, adicto al oleaje de tu cuerpo. Piel suave con olor a playa virgen. Mis pasos vacilan en tu vaivén eterno. Sorteo la cresta de tus olas con mi piel quemada, curtida por el viento. Me siento como quilla de velero al rozar tu vientre, abriendo paso a mi destino. Y tú me alojas generosa, por instinto, de forma natural. Me sumerges en tus aguas tibias sin ahogarme. Sudor y lágrimas. Mujer del mar, ansío tu rumbo, porque en tu mar pierdo la cordura. Busco la puesta de sol y encuentro tu corazón. Busco la luna y encuentro tu sonrisa. Busco una razón y encuentro una gaviota. Sin ti, naufrago en la inmensidad.
Guillermo.
domingo, 29 de noviembre de 2009
Observación al natural
Ver u observar, acciones distintas del ojo humano; del reino animal, en la tierra y en el agua. Ver la luz al despertar. Observar el movimiento de la tierra. Ver el movimiento de una rama. Observar el diseño natural de una mariposa, vida misma en cuerpo frágil, como ángel diminuto. Ver u observar, todo con el mismo órgano maravilloso, el ojo. Carne transparente, fibras mágicas, ventanas de la vida en todo ser. Ver en fracciones de segundo; observar, con detenimiento, sin prisa, con paciencia, por placer, por necesidad o por amor. Ver el reflejo del horizonte en el espejo de agua, observar el titilar de las estrellas. Yo, no veo el cielo; lo observo...busco en él tu presencia. Yo, no veo la luna ni las flores, las observo y encuentro en ellas tu luz de plata y la textura suave de tu piel.
Observación al natural, regalo de la vida. Te veo aparecer y mis ojos se regocijan al observarte. Ojos que contemplan tu cuerpo generoso, maduro…más que vivo…deseable. Ojos que contemplan los tuyos, que sin más me transmiten tu sentir. Te veo, te observo, te contemplo. Sí, observación al natural. Observo el delineado de tu boca adornada por tus manos. Tus oídos decorados. Mi mirada por instinto desciende hacia la doble luna de tus pechos. Tu vestido intenta contener esa dulce turgencia. Observo tu respirar y veo el latir de tu corazón. Tu risa explota y lo ilumina todo. Y espero a que vuelva a suceder para llenarme de tu luz. Observación al natural…regalo de la vida…ahora quisiera escuchar tu voz.
Guillermo.
martes, 24 de noviembre de 2009
Vuelo en una tarde de otoño
Tarde de otoño. Emprendo este vuelo tan esperado. A falta de un plumaje propio, debo aceptar alas de acero. Suave deslice por el cielo, me separas de la multitud tan agobiante. Por momentos mi mente no es más que vacío infinito. Perplejo contemplo el horizonte curvilíneo, azulado, brillante. Agradezco a la vida estos ojos que me ha dado. Veo al origen desde las alturas. Y la veo pasar suavemente, a ella…si me viera, si mirar pudiera…me vería. La imagino escarbando la tierra. Sí, el origen, la mujer, la madre, la matrona, la señora, la raíz, el principio, motivo y fundamento de mi existencia. Me distraigo. Mente en blanco. De pronto emerges majestuosa entre las nubes, adornada por una fumarola. Con tu piel sacudida de la nieve que en un tiempo te hizo pensar adormecida. Volcán extinto, según los textos del pasado. Sin embargo, te revelas como la mujer en el otoño cuyo fuego es de otra naturaleza, de anhelo de amar y sentirse amada. Suave deslice por el cielo ahora en tu compañía. Volteo por la ventana y tú me miras. Me iluminas. Te contemplo y te fijo en mi memoria para siempre. Siento ganas de escalar tu piel candente, sentir de cerca el calor de tu magma, estar en ti. Ahora desapareces en la bruma, pero ya te llevo en mí. Veo hacia abajo los colores dorados de la tierra, veo tu piel y aterrizo sobre ella… en tus brazos…amor.
Guillermo.
sábado, 7 de noviembre de 2009
Simplemente mar
Mar. Simplemente mar. Agua fértil…origen de la vida misma. En ti habitan seres maravillosos como las estrellas, medusas con luz propia, peces sonrientes, criaturas de arena viva, arrecifes de coral. Quizás hasta dioses y sirenas. Desde el espacio pintas al planeta de azul, reflejo de mi paz deseada. Las nubes te adornan a capricho en forma de cirrus, cumulus, o espirales de huracán. Poli espejos titilantes, estelas blancas, agua plateada, dorada, cobriza, según el pincel del sol. En tus profundidades…vida misteriosa, fantástica…un mundo aparte. Y tus playas, qué decir. Lugar de encuentro de los amantes a brazo abierto. En la vida y en los sueños. Corren y se estrechan. Funden sus corazones al canto eterno de las olas. Pechos agitados. Susurros de amor. Espuma acariciante confundida con tus manos. Diminutas burbujas besan nuestros pies. Briza marina, tu humedad disimula las nuestras, pero sólo las aumenta cuando me encuentro en tu regazo. Caracolas diminutas asidas a las rocas ¿por qué insisten en soportar las fuerzas de este mar?. Quizás expliquen mis ansias de aferrarme a ti. Déjame ver la puesta de sol entre la bruma, déjame ver el amanecer, déjame ver la lluvia de estrellas…sí, déjame ver tus ojos, amor.
Guillermo.
domingo, 25 de octubre de 2009
Oxígeno
Oxígeno, elemento vital, transparente, aire que respiro. Líquido que fluye en los ríos y en mi cuerpo; como agua clara, como sangre. Naces de la magia de la fotosíntesis. De los mares, de las selvas, de los bosques boreales. En lo más alto, proteges a todo ser vivo, con la capa de la tierra, capa de ozono. Sin duda eres la vida misma, con un valor mayor que cualquier piedra preciosa. Objeto de búsqueda interplanetaria, capaz de provocar el gasto de sumas exorbitantes, por una sola molécula tuya, en la luna, en Marte, en el espacio infinito. Y pensar que estás aquí, presente, solamente para dar vida en la tierra. Aire que respiran los enamorados, te escapas en suspiros, bocanadas agitadas. Ay! cuánta falta me haces…Ay! abrázame fuerte…Ay! llego al final en esta cima, y te siento en todo mi cuerpo, en mis venas, mis pulmones, en los poros de mi piel. Sí, eres el aire que respiro, invaluable. Nunca me abandonas, porque aún en mi inconsciencia estás presente. Y al final de mi camino, tratarás de revivirme, pero mi cuerpo es mortal, y todo quedará en un gran suspiro, por ti…en el cielo.
Guillermo.
Instintos y Conductas
Reino animal, instintos y conductas que mantienen las ansias de vivir. Lucha por la vida diaria… por ver un nuevo amanecer. Fuerza, destreza, inteligencia…estrategias de sobrevivencia. Alas, aletas, garras. Fauces de fuerza desmedida. Cornamentas, venenos poderosos, ataque sorpresivo, miradas furtivas. Todo vale por ver el sol.
Instinto de sobrevivencia, gracia suprema, sabiduría o divinidad. Tan sutil como una sonrisa a tiempo, una mirada tierna o el entrelazo de dos manos. De tus manos y las mías. De aquellas palabras justas.
Conducta social, solitaria o grupal, ayuda mutua entre los seres. Altruismo: hacer el bien sin recibir a cambio nada. Un momento! ¿Dónde queda en ésto el amor…o la amistad? ¿La alegría del encuentro de lo seres que se atraen? ¿La necesidad de verse a los ojos o transmitir los sentimientos con palabras? ¿Y mi locura? ¿Acaso son el instinto animal de perpetuarnos en este mundo? ¿De sentirnos vivos, confortados…queridos?
Ser humano, vulnerable, siempre en busca de la felicidad. Hombre y mujer. Jungla de asfalto. Instintos ocultos, o suprimidos por las normas sociales. Cada quien tiene su respuesta, su verdad y su derecho a sentirse vivo. Sin dañar. Tu autoconciencia te distingue del resto de los seres, te das cuenta de que te das cuenta y por eso sufres o eres feliz. ¿Tú, qué prefieres?
Guillermo.
domingo, 11 de octubre de 2009
MUJER AL NATURAL
Algunos piensan que la tierra es infinita
Y lo es ¿o no? …depende de tu perspectiva.
Ser humano, 120 en el mejor de los casos,
70 masculino, femenino...mute…eterno;
sin embargo, finito sin remedio.
Tortuga de Galápagos ¿400?
Taxodium mucronatum ¿2000?
Madre, millones de años.
Mujer…eterna ¿Te asusta? Te entiendo.
Piel suave, juventud perenne, amor a tu manera.
No dudes, tú eres la vida misma.
Óvulos, vientre, placenta, progesterona, inteligencia, fuerza, persistencia.
Dulce amor. Concepción milagrosa. Ojos cerrados en el momento justo. Amén.
Tu cuerpo queda para siempre bendecido. Ser divino, inigualable.
Sorteas las piedras como puedes, pero lo haces.
Eres tú, naturaleza. La fuerza de tu instinto.
Jamás te extinguirás.
Tu complemento… lo es…lo ha sido…lo será…o no lo necesitas.
Te admiro, ahora, te admiré…te respeto, te amaré, para siempre.
Guillermo.
sábado, 3 de octubre de 2009
Luna en octubre
miércoles, 16 de septiembre de 2009
PARTO NATURAL
Porcelaine
Dentro de tu vientre no existe gravedad alguna. Floto a placer en mi propio mundo. No tengo pasado ni futuro. Acaso apenas soy consciente del presente. Tu galaxia me nutre a través de este mágico cordón. Eres mi propia nave espacial…la más perfecta. Nave que da vida. Estoy encapsulado en tu cielo. Pero lo sé…debo llegar al mundo terrenal. Mi cuerpo ha recibido un alma. Mi arribo se vislumbra en cuenta regresiva. No tengo prisa, solo espero el momento oportuno. Una vuelta más a tu órbita celeste. Disfruto la calidez de tu útero infinito. Ignoro las prisas de las manos prestas al bisturí. Pero mi arribo ahora es inminente. Lo siento. Me acerco a las capas de tu atmósfera. Mi brújula es mi instinto, que me ayuda a encontrar la salida de este mundo. Me posiciono. Mi cuerpo se deforma ante estas fuerzas g. ¡¡Cuánta resistencia encuentro!! Mi corazón se acelera y siento que mi piel se incendia. ¡¡Cuántos sonidos de este viaje escucho!! Entre ellos tus gemir estoico. Me abro paso con la ayuda de tu fuerza. Veo la luz. Aterrizo en unas manos tiernas que me conquistan de inmediato. Lloro, no de miedo ni desolación, sino de alegría al ver mi primer mundo exterior que es tu rostro. Qué maravilla es ver tus ojos ¿por qué me ves de esta manera? Me recuerdas el cielo de donde he venido. Ahora siento la atmósfera protectora de tus brazos. Otra vez tu vientre, esta vez desde tu mundo.
Guillermo
Nota: La fotografía Porcelaine, utilizada en este escrito, fue cargada originalmente por christophandre y tiene una licencia de Creative Commons de Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 2.0 Genérica. Fue tomada de su cuenta de flickr solamente con propósitos ilustrativos para mi escrito. Guillermo.
domingo, 13 de septiembre de 2009
MURMULLOS DE UN ARROYO EN VERANO
Después de mi largo andar llego a tus aguas, arroyo cristalino. Sumerjo mi cuerpo, para saciar mi sed y atenuar el calor de mi jornada. Sin más, me olvido de todo. Sólo quiero escuchar tu murmullo. En él encuentro cantos de sirena, palabras tiernas, susurros de amor, gemidos de placer. Agua que fluye y canta al mismo tiempo. Los blancos tallos de los álamos adornan tu correr. Como yo, te contemplan satisfechos de recibir tu humedad tan generosa. Buscas el océano de maneras infinitas, aún cuando no ves el horizonte. ¡Que persistencia la tuya!! Por eso te admiro tanto…y me conmueves. Tus sinuosas corrientes rozan mi piel. Ahora estás aquí, ahora allá…pero también estás aquí. Agua mágica. Arroyo de agua fresca. Me dejo llevar por tu corriente. No importa si me arrastras. Tu turbulencia… solo apacigua la mía. Al final espero llegar a ese remanso, para admirar el reflejo de mi alma, junto al de tus ojos infinitos.
Guillermo.
viernes, 28 de agosto de 2009
METAMORFOSIS
En la naturaleza existen cambios de forma, tan abruptos en ciertos seres, que me hacen pensar en la resurrección y la reencarnación. Seres que entran en letargo absoluto, por semanas, meses o años, para despertar totalmente transformados, en otro cuerpo, con otra imagen. Larvas…crisálidas...mariposas…pupas…escarabajos…anfíbios.
Metamorfosis. Seres que se transforman de manera extraordinaria, de un ser ápodo que se arrastra en el suelo, a un mágico ser alado, de colores brillantes, que aletea frágilmente, de flor en flor. Seres acuáticos, cuyas branquias y aletas se transforman gradualmente, para abandonar el agua, conquistar la tierra y pregonar con cantos dicha conquista.
¿No es acaso esto fantástico? Para mí, lo es.
Pero tú, mujer, posees una magia que supera cualquier metamorfosis. Tú te transformas a placer, en ángel, en lava candente, en imán, en sinfonía, en ave tierna, en nido de gorrión, en bambú, en gota de rocío, en fiera silvestre si es necesario. Y por si fuera poco, te transformas por partes… cuando lo deseas. Tus ojos se convierten en manantiales cristalinos, en espejos de mi alma; tus labios en fuentes susurrantes de amor; tus brazos, en listones de seda; tu cuello, en ríos de flores silvestres; tu vientre, en mi pradera; tus manos en pétalos de rosa o en olas; tu recinto, en mi bosque donde encuentro la serenidad, después del desenfreno.
Me asombro de reconocerte en cada una de tus formas. Y me regocijo. No diré lo común.
Siempre cambia.
Guillermo
sábado, 15 de agosto de 2009
Islas del cielo...en la tierra
En la parte suroeste del los Estados Unidos de América y noroeste de México, se encuentra un conjunto de montañas dispersas, aisladas entre sí por extensos valles, pastizales y desiertos, que emulan islas de un archipiélago, surgiendo majestuosas de las planicies, como queriendo alcanzar el cielo. Precisamente estas montañas son conocidas como Islas del Cielo (Sky Islands), nombradas así por Weldon Heald en 1967. Arizona, Nuevo México, Sonora y Chihuahua son estados afortunados en poseer estos ecosistemas. Estas montañas son especialmente ricas en flora y fauna, conteniendo cada una inclusive especies únicas, endémicas en la jerga científica. Desafortunadamente, la información existente sobre las islas del cielo es poco conocida; en primer lugar, en mi opinión, porque el conocimiento está dirigido hacia un público altamente educado, amantes de la naturaleza, estudiantes de las ciencias biológicas, observadores de aves, científicos, recreacionistas. Nada que ver con personas adictas al bullicio, a las prisas, a los centros comerciales, etc. En segundo lugar, porque el idioma parece imponer una barrera, pues a pesar de la era de la información en la internet, poco obtienes si usas como palabras clave “islas del cielo” en comparación con la palabra “sky island”.
A estas montañas y a un ser místico que puede habitar en ellas, o en el mismo cielo, dedico estas breves palabras.
Con formas caprichosas, emerges de un mar de desiertos, como queriendo llegar a cielo. Y desde tu cima, iluminada por el sol, contemplas un mar diferente, con olas de pastizales, horizonte cristalino y cielo estrellado al anochecer. Eres muy generosa ¿sabes? pues alojas a un sin número de seres, desde una mimosa de foliolos tímidos adornando tus faldas, encinos que rodean tu cintura, hasta un magnífico abeto azul, con corteza de corcho…coronando tu cien…suave como tu piel misma. Coyotes, osos, pumas, colibríes, pájaros carpinteros, mariposas…crótalos confiados. ¿Huachuca, te suena esto familiar? ¿Recuerdas acaso si he recorrido tu superficie y admirado tu belleza? Sí, lo eres tú, pero también lo son las Chiricahua, las Pinaleño, Santa Catalina y una montaña de nombre celestial por naturaleza, porque verdaderamente llega al cielo. Entre nosotros, puedo decirte a ti, isla del cielo, que el paisaje que te rodea, y tu belleza, sólo es comparable con el tranquilo valle del vientre del ser que amo, cortado abruptamente por el relieve de sus pechos, donde encuentro la paz. Me gusta recorrerte, a mi manera, desde tus pies hasta tu cima…y viceversa. Me gusta estar en lo más alto de ti..porque cuando volteo hacia arriba veo reflejada la sonrisa de tu rostro, dibujado en esa luna, que gira a prisa para volverme a ver.
Guillermo.
viernes, 7 de agosto de 2009
Fuego Silvestre
Todo inicia de manera repentina. Algunas personas lo esperaban, con ansias, aunque sin precisión sobre el momento. Otras quedan sorprendidas ante esta llama insospechada. Humo en el horizonte, nube marrón empeñada en eclipsar el sol, señal inequívoca de un fuego creciente. ¿Cómo te inicias? Tal vez no lo sabré. Quizás simplemente fue un descuido, una brasa en el camino, la energía del sol concentrada en un cristal o una descarga electrizante surgida de los cumulonimbos en el cielo. Pero ahora estás presente y no puedo más que hacerte frente.
Fuego silvestre…y pensar que eres capaz de darme vida o muerte. ¿Acaso también surges del rescoldo del pasado? Tampoco lo sabré. Llamas que abrasan. En tiempos te disfruto por mi instinto natural; en otros, no te temo, te respeto por lo que eres. Noches iluminadas. Rosarios de lumbre abiertos a lo lejos. Pavesas flotantes. Remolinos propios. Fauna desesperada en busca de refugio. Rastrillos, palas, moto sierras. Copas ardientes de árboles ancestros. Conos serótinos esperando ser quemados para liberar esa semilla resguardada. Aves de acero vaciando estelas de espuma retardante. Brechas construidas con desesperación cuando sientes que te quemas. Hombres arriesgados lanzándose al vacío. Mujeres decididas, estoicas, apagando este fuego tantas veces deseado.
Tú y yo en medio de remolinos ardientes. Sentidos alertas a lo máximo. Fuego te siento en la piel, en mis ojos, en todo mi cuerpo. Los días pasan y no te apagas. Dormir no puedo en este momento. Te huelo, te respiro, escucho tu rugir salvaje. Ríos de sudor en tus sienes. Cuerpos combatientes llenos de energía, incansables, al ritmo que la situación demanda. Corazones palpitantes. Emociones múltiples. Lágrimas incontenibles. Pañuelos cubriéndonos el rostro. Ojos desorbitados. Garganta ardiente. Agua… ayúdame a apagar mi sed. Quiero que llegue tu lluvia abundante a apagar este fuego que me quema. Pero no te extingas…por ti vivo… ahora quiero la tibieza reconfortante de tus brazos.
Guillermo.
Nota: La fotografía utilizada en este escrito (Fuego silvestre) fue tomada de la galería de Slworking2 en Flickr y tiene una licencia de Creative Commons de Reconocimiento-No comercial 2.0 Genérica.
martes, 4 de agosto de 2009
Las estaciones del año y de la vida
viernes, 24 de julio de 2009
Perspectiva
Guillermo.
lunes, 20 de julio de 2009
Belleza
Me es difícil describir con palabras lo que me viene a la mente, al recorrer parajes como el de esta fotografía. ¡¡Maravilloso!! ¡¡bello!! ¡¡wow!! ¡¡mmmm!!. Son expresiones espontáneas, de sorpresa y admiración. En esos momentos pienso, lo maravilloso que es ojo humano y todos nuestros sentidos que incitan a la reconciliación con la naturaleza, tan distante del ser urbano.
Guillermo.
sábado, 18 de julio de 2009
Vida efímera
Cada estación tiene su encanto. Las flores se convierten en fuente de inspiración para el ser humano. A ti,que lees esto, ¿qué te inspira? ¿amor?¿admiración? ¿alegría? ¿necesidad de protección?¿nada? A mi todo, menos nada.
Guillermo.
domingo, 12 de julio de 2009
La esencia de la vida
Pero la vista y el tacto no lo es todo. A veces nos olvidamos de los otros sentidos y capacidades nuestras, como el oído, el olfato, el gusto, la memoria y la imaginación, que en verdad capturan la esencia de las cosas y los seres vivos. Si por alguna circunstancia no puedes ver las flores o el bosque que está frente a ti, sí puedes sentir su aroma, el canto de las aves y el silvar del viento. En ese momento estás captando la esencia de las cosas y el espíritu de aquellos seres que habitan la naturaleza. La flor puede morir pero su esencia permanese en tu memoria y tus sentidos.
Lo mismo ocurre entre los seres que se aman. Hombre y mujer, me refiero. El amor, sí, el amor...puede presentarse, expresarse y sentirse en diferentes formas. Son tus sentidos, la imaginación y la memoria lo que hacen que la experiencia sea grata o ingrata. ¿Lo buscas y no lo encuentras? Deja que llegue a ti ¿lo has encontrado pero no está contigo en este momento? Abre tus sentidos y tu imaginación, capta la esencia y el espíritu de esa persona, como el aroma de una flor o el canto de las aves que no puedes ver. ¿piensas que se puede ir? No temas, si se va, no era amor, no lo retengas. El verdadero amor se percibe y dura hasta el infinito.
Guillermo.
viernes, 24 de abril de 2009
Naturaleza Urbana
No sé qué pasa al ser urbano, que se esfuerza en opacar la belleza natural que existe en la tierra y el universo. Por ejemplo, suprime la luz de las estrellas con las lámparas de alógeno y los anuncios espectaculares luminosos. El suelo natural es sustituido por planchas de concreto. Los caminos son transformados en avenidas y puentes gigantescos que dan mayor preferencia a los automóviles sobre los simples peatones, como si uno no fuera ambas cosas en su momento. Trata de ordenar en líneas lo que por naturaleza es de distribución caprichosa, como los árboles y ríos. A quién le importa si las aves y otros animales desplazados se quedan sin refugio. El canto de las aves al amanecer y atardecer es sustituido por el ruido de los autos y otras máquinas terribles para esos seres inocentes. El pájaro carpintero trata de perforar los postes de metal. Los halcones no hayan más que construir sus nidos en postes eléctricos. Las serpientes y lagartijas, pobrecitas, su apariencia sin querer les otorga el injusto trato de alimañas. El ser urbano destruye las áreas verdes naturales y luego crea parques simples, rectilíneos, cementados, bulliciosos, con fuentecitas y lagos fétidos por falta de vida. Los que gobiernan, confunden crecimiento con desarrollo. El mundo occidental obsesionado con el dinero, que da momentos de felicidad fugaces, con necesidades insaciables. Más puentes, más edificios gigantescos, más casas habitación, aunque parezcan pequeñas jaulas no aptas para humanos. Más parques diminutos y encerrados, más concreto, más pavimento, más automóviles, más vías “rápidas”, como si también fuera urgente llegar a la muerte. Más canales de aguas mal olientes, más pozos profundos, menos ríos y aire transparente, más ruido, menos manantiales, menos árboles, menos espacio, más números, más obras, más cantidad, no importa la calidad, más cifras…más cifras.. que impacten..sí.. sí, que impacten para que se vea el “progreso”, más flujo de capital, más inversión, más internacionales, más deuda, más empleo con pagos de miseria, que asustan e invitan a la fuga sin retorno y a la informalidad. Lamentablemente no hablo de una ciudad o un país en particular, pues ocurre en muchas partes del mundo, lo he visto. La naturaleza urbana tiende a ser una naturaleza muerta. Paradójicamente, una naturaleza inhumana habitada por humanos. Con gatos, perros y personas frecuentemente atropelladas, que a lo más causan morbo si no es que ningún sentimiento. Con aves que buscan agua en cualquier charco inmundo y en el mejor de los casos en una fuente que por más bella que sea no se compara con la trasparencia de un manantial puro. Me niego y renuncio a ser ese ser urbano común y desalmado. Mientras pueda regresaré al lugar opuesto, aunque lo prístino ya casi no exista.